sábado, 24 de marzo de 2018

LOS MAESTROS CRISTIANOS

LOS MAESTROS CRISTIANOS
El «maestro» es uno de los dones establecidos en la iglesia .

1 Corintios 12:28
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Efesios 4:11
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
Hechos 13:1
Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
El maestro es exhortado a ocuparse en la enseñanza.
Romanos 12:7
o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
La «enseñanza» es la exposición inteligente de la verdad mediante el Espíritu Santo, y ello no deja lugar a la mente y opinión del hombre.
Pablo dejó a Timoteo en Éfeso para que ordenara a algunos que no enseñaran otra doctrina que lo que enseñaban los apóstoles; y de los que persistían en enseñar de manera diferente dijo que estaban envanecidos, no sabiendo nada, y estaban delirando, etc.
1 Timoteo 1:3
Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina,
1 Timoteo 6:3‭-‬5 ‬‬‬
Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Esto es evidencia de que ninguna otra enseñanza más que la apostólica podía ser de Dios;
así, la moderna fórmula por la que se «concuerda en diferir» en puntos vitales de la doctrina no puede ser reconocida.
1 Corintios 1:10
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
En Santiago. 3:1
Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.



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