domingo, 4 de agosto de 2019

SEÑOR SEÑOR

SEÑOR SEÑOR

Mateo 7:21-23
No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?”
¿ Entonces les diré claramente:
“Jamás los conocí.
¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!”  –
Tenemos que escuchar atentamente lo que dice Jesús.
Tengamos en cuenta que Jesús se dirige al pueblo judío.
Algunos ya estaban llamándole Señor, sin embargo más tarde se niegan a aceptar la obra de la cruz.
Cuando Jesús dice: sólo el que hace la voluntad de mi Padre.
Jesús no está hablando de las obras.
Él está hablando de “
La voluntad.
En otro lugar, Jesús dijo:
Juan 6:40
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
vemos que es posible hablar de Jesús como Señor, pero nunca realmente recibirlo como  Salvador.
Efesios 2:8-9.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe
La Escritura no nos dice que somos salvos por las obras.
Las obras que se nos da para hacer después de ser salvos, son las obras asignadas a nosotros por el Espíritu Santo, y estas no son obras para la salvación, son obras que glorifican a nuestro Padre.
Tenemos que tener en cuenta la diferencia entre la ‘voluntad’ y ‘obras’.
En Mateo 7:22-23, Jesús dijo:
“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios,
y en tu nombre hicimos muchos milagros?
“Y entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad”.¿Quiénes son estas personas que se dedicaron a ‘profetizar’, ‘echar fuera demonios’, y hacer ‘milagros’ que se hicieron supuestamente en nombre del Señor?
Estos son los falsos profetas y maestros.
Note lo que Jesús dijo: “Nunca os conocí.”
Esto sólo puede significar que estas personas no habían nacido del Espíritu de Dios.
Si Él “nunca” supo de estas personas, entonces no le pertenecían.