sábado, 6 de junio de 2015

FALSOS PREDICADORES


Sin lugar a dudas, como cuerpo de Cristo, estamos siendo testigos de la apostasía mencionada en la Biblia (1 Timoteo 4:1-2a) Podemos ver a falsos maestros haciendo señales y prodigios en muchas partes. Falsos profetas “profetizando” en nombre del Señor cosas que incluso van en contra de la misma Palabra. Predicadores charlatanes “decretando” y “declarando” prosperidad a todo aquel que cruce las puertas de sus templos, desparramando la herética doctrina o el mal llamado “evangelio” de la prosperidad. La juventud de las iglesias andan perdida  y sin brújula, buscando entretenimiento y show antes que estudiar la Palabra, producto de la enseñanza torcida de los líderes del momento, quienes en vez de predicar, solo se pasan contando chistes creyendo que esa es la mejor manera de ganar a los jóvenes. Todo esto sucede a gran escala, televisión, mega-iglesias, congresos, etc. especialmente en nuestro Puerto Rico:

Lo más preocupante de toda esta situación es que muchos que se hacen llamar cristianos, defienden a “capa y espada” a todos estos personajes. No faltan las “pedradas” virtuales a aquellos que nos atrevemos a cuestionar las enseñanzas de los tales.
 Bajo el manto de la frase, sacada de contexto: “No juzguéis” se pueden disimular las más terribles y abominables herejías. Estos falsos maestros se han convertido en los “intocables”.
Nos entristecemos y preocupamos por toda esta situación, al ver que quizás muchos de nuestros amigos y familiares siguen ciegamente a toda esta camada de engañadores, nos sentimos solos y luchando contra una mayoría que hoy se ve como un gigante. Sin embargo olvidamos que en medio de toda esta nebulosa de engaño y confusión nuestro Dios está haciendo la obra.
Es interesante ver que cuando el profeta Elías se sintió solo luchando contra la apostasía de Israel, el Señor le da un recordatorio: “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”. (1 Reyes 19:18) En medio de todo esto podemos ver que Dios tiene un remanente fiel, quizás es muy poco en comparación a la multitud engañada, recordemos que siete mil eran una minoría en el antiguo Israel, pero Dios sigue haciendo la misma obra, El sigue llamando a los suyos para salvación. El Dios soberano los sigue rescatando de las garras del maligno. Si creemos en un Dios omnipotente confiemos que El poderosamente guardará a sus escogidos. Nuestra tarea es seguir predicando el verdadero evangelio, seguir denunciando a los que lo corrompen, y no desmayar pues El nos sostiene con Su diestra.