LA PALABRA DE DIOS
LA PALABRA DE DIOS POR EXCELENCIA ES
JESUCRISTO, HOMBRE Y DIOS. EL HIJO ETERNO ES LA PALABRA QUE DESDE SIEMPRE
EXISTE EN DIOS, PORQUE ELLA MISMA ES DIOS: «EN EL PRINCIPIO EXISTÍA LA PALABRA
Y LA PALABRA ESTABA CON DIOS Y LA PALABRA ERA DIOS» (JN 1: 1). LA PALABRA
REVELA EL MISTERIO DE DIOS. DESDE SIEMPRE PRONUNCIADA POR DIOS EN EL AMOR DEL
ESPÍRITU SANTO, LA PALABRA SIGNIFICA DIÁLOGO, DESCRIBE COMUNIÓN E INTRODUCE EN
LA PROFUNDIDAD DE LA VIDA. EN JESUCRISTO, VERBO ETERNO, DIOS NOS HA ELEGIDO
ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO, PREDESTINÁNDONOS A SER SUS HIJOS ADOPTIVOS
(CF. EF 1: 4-5). MIENTRAS EL ESPÍRITU ALETEABA SOBRE LAS AGUAS Y LAS TINIEBLAS
CUBRÍAN EL ABISMO ( GN 1: 2), DIOS PADRE DECIDIÓ CREAR EL CIELO Y LA
TIERRA A TRAVÉS DE LA PALABRA, POR MEDIO DE LA CUAL FUE HECHO TODO LO QUE
EXISTE (JN 1: 3). POR LO TANTO, LAS HUELLAS DE LA PALABRA SE ENCUENTRAN
TAMBIÉN EN EL MUNDO CREADO: «LOS CIELOS CUENTAN LA GLORIA DE DIOS, LA OBRA DE
SUS MANOS ANUNCIA EL FIRMAMENTO» (SAL 18: 2). LA OBRA MAESTRA DE LA
CREACIÓN ES EL HOMBRE, HECHO A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS ( GN 1:
26-27), CAPAZ DE ENTRAR EN DIÁLOGO CON EL CREADOR ASÍ COMO TAMBIÉN DE PERCIBIR
EN LA CREACIÓN LA IMPRONTA DE SU AUTOR, EL VERBO CREADOR, Y POR MEDIO DEL
ESPÍRITU VIVIR EN LA COMUNIÓN CON AQUEL QUE ES ( EX 3: 14), CON EL
DIOS VIVO Y VERDADERO ( JR 10: 10).
TAL AMISTAD FUE INTERRUMPIDA CON EL
PECADO ( GN 3: 1-24) QUE OFUSCÓ TAMBIÉN EL ACCESO A DIOS POR MEDIO DE
LA CREACIÓN. DIOS, CLEMENTE Y MISERICORDIOSO ( 2 CRO 30: 9), EN SU
BONDAD NO ABANDONÓ A LOS HOMBRES. ELIGIÓ UN PUEBLO EN FAVOR DE TODAS LAS
NACIONES ( GEN 22: 18) Y CONTINUÓ HABLÁNDOLES DURANTE SIGLOS POR
MEDIO DE PATRIARCAS Y PROFETAS ELEGIDOS PARA MANTENER VIVA LA ESPERANZA QUE
OFRECÍA CONSOLACIÓN TAMBIÉN EN LOS ACONTECIMIENTOS DRAMÁTICOS DE LA HISTORIA DE
SALVACIÓN. SUS PALABRAS INSPIRADAS SE ENCUENTRAN RECOGIDAS EN LOS LIBROS DEL
ANTIGUO TESTAMENTO. ELLAS HAN MANTUVIERON VIVA LA ESPERANZA EN LA VENIDA DEL
MESÍAS, HIJO DE DAVID ( MT 22: 42), RETOÑO DE LA RAÍZ DE JESÉ ( IS
11: 1).
CUANDO LUEGO EN LA PLENITUD DE LOS
TIEMPOS ( GA 4: 4) DIOS QUISO REVELAR A LOS HOMBRES EL MISTERIO DE SU
VIDA, ESCONDIDO DURANTE SIGLOS Y GENERACIONES ( COL 1: 26), EL HIJO
UNIGÉNITO DE DIOS SE ENCARNÓ, «LA PALABRA SE HIZO CARNE , Y PUSO SU MORADA ENTRE
NOSOTROS» (JN 1: 14). EN TODO SIMILAR A NOSOTROS EXCEPTO EN EL PECADO ( HB 2:
17; 4, 15), EL VERBO DE DIOS DEBIÓ EXPRESARSE EN MODO HUMANO A TRAVÉS DE
PALABRAS Y GESTOS QUE SE ENCUENTRAN NARRADOS EN EL NUEVO TESTAMENTO Y
ESPECIALMENTE EN LOS EVANGELIOS. SE TRATA DE UN LENGUAJE DEL TODO SIMILAR AL
USADO POR LOS HOMBRES, EXCEPTO EN EL ERROR. CON LOS OJOS DE LA FE, EN LA
FRAGILIDAD DE LA NATURALEZA HUMANA DE JESUCRISTO, EL CREYENTE DESCUBRE EL
ESPLENDOR DE SU GLORIA «QUE RECIBE DEL PADRE COMO HIJO ÚNICO, LLENO DE GRACIA Y
DE VERDAD» (JN 1: 14). ANALÓGICAMENTE, POR MEDIO DE LAS PALABRAS DE LA
SAGRADA ESCRITURA, EL CRISTIANO ES INVITADO A DESCUBRIR LA PALABRA DE DIOS, EL
RESPLANDOR DEL GLORIOSO EVANGELIO DE CRISTO QUE ES IMAGEN DE DIOS ( 2
CO 4: 4). ILUMINADOS POR EL ESPÍRITU SANTO, DON DEL SEÑOR RESUCITADO, Y
BAJO LA GUÍA DEL MAGISTERIO, LOS FIELES ESCRUTAN LAS ESCRITURAS Y SE ACERCAN A
SU PLENO SIGNIFICADO ENCONTRANDO LA PALABRA DE DIOS, LA PERSONA DEL SEÑOR
JESÚS, AQUEL QUE TIENE PALABRAS DE VIDA ETERNA ( JN 6: 68).
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