EL PODER ESPIRITUAL QUE NECESITAMOS
EL APÓSTOL PABLO ESCRIBIÓ: "EL AMOR DE DIOS HA
SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES POR EL ESPÍRITU SANTO QUE NOS FUE
DADO" (RO. 5:5). ES OBVIO QUE PARA PODER DEJAR DE PECAR Y GUARDAR LA LEY
ESPIRITUAL DE DIOS, NECESITAMOS EL AMOR ESPIRITUAL QUE ÚNICAMENTE DIOS PUEDE
DAR. ÉL HA PROMETIDO DÁRNOSLO POR MEDIO DE SU ESPÍRITU.
RECORDEMOS BIEN QUE "ESTE ES EL AMOR A DIOS,
QUE GUARDEMOS SUS MANDAMIENTOS; Y SUS MANDAMIENTOS NO SON GRAVOSOS" (1 JN.
5:3).
JUAN, EL DISCÍPULO AMADO DE CRISTO, ESCRIBIÓ HACIA
EL FIN DE LA ERA APOSTÓLICA QUE EL AMOR A DIOS NOS GUÍA A GUARDAR SUS
MANDAMIENTOS. EL APÓSTOL JUAN AFIRMA QUE LOS MANDAMIENTOS DE DIOS NO SON
"GRAVOSOS".
DEL VERDADERO CRISTIANO FLUIRÁ ENTONCES EL AMOR DE
DIOS "COMO RÍOS DE AGUA VIVA" (JN. 7:38-39). MEDIANTE EL ESTUDIO
INTENSO DE LA BIBLIA (QUE ES EL ALIMENTO ESPIRITUAL), Y LA ORACIÓN DIARIA, PARA
IMPLORAR EL PODER ESPIRITUAL, LA FE, LA DIRECCIÓN Y EL AMOR NECESARIOS, EL
VERDADERO CRISTIANO CRECE ESPIRITUALMENTE.
POCO A POCO, Y PASO A PASO, CADA UNO DE NOSOTROS
DEBER CRECER "EN LA GRACIA Y EL CONOCIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR
JESUCRISTO" (2 P. 3:18). CON LA AYUDA DE DIOS MEDIANTE LA PRESENCIA
INTERIOR DEL ESPÍRITU SANTO EN NOSOTROS, DEBEMOS PERMITIRLE DIARIAMENTE A
JESUCRISTO QUE VIVA SU VIDA EN NOSOTROS.
LA PALABRA DE DIOS NOS DICE: "HABÉIS SIDO
COMPRADOS POR PRECIO; GLORIFICAD, PUES, A DIOS EN VUESTRO CUERPO Y EN VUESTRO
ESPÍRITU, LOS CUALES SON DE DIOS" (1 CO. 6:20).
ASÍ COMO JESUCRISTO NOS RESCATÓ CON SU SANGRE
DERRAMADA Y PAGÓ LA PENA QUE NOS HABÍAMOS ACARREADO POR NUESTROS PECADOS,
DEBEMOS TENER EN CUENTA, SI SOMOS VERDADERAMENTE CRISTIANOS, LA NECESIDAD DE
BUSCAR EN TODO TIEMPO LA VOLUNTAD DE DIOS, EN TODO LO QUE PENSEMOS, DIGAMOS Y
HAGAMOS.
ES CIERTO QUE TODOS TROPEZAMOS A VECES, Y LE
PEDIMOS A JESUCRISTO QUE VIVA SU VIDA EN NOSOTROS. PERO NO DEBEMOS DESANIMARNOS
POR ESTO. SOMOS HUMANOS, DIOS CONOCE NUESTRA CONDICIÓN Y SE ACUERDA DE QUE
SOMOS POLVO (SALMOS 103:14).
JUAN, EL APÓSTOL DEL AMOR, ESCRIBIÓ AL RESPECTO:
"SI DECIMOS QUE NO TENEMOS PECADO, NOS ENGAÑAMOS A NOSOTROS MISMOS, Y LA
VERDAD NO ESTÁ EN NOSOTROS. SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO
PARA PERDONAR NUESTROS PECADOS, Y LIMPIARNOS DE TODA MALDAD" (1 JN.
1:8-9).
SI NOS LLEGA A OCURRIR QUE DESPUÉS DE NUESTRA
CONVERSIÓN TROPEZAMOS Y CAEMOS, LO QUE DEBEMOS HACER ES ARREPENTIRNOS DE TODO
CORAZÓN Y CONFESAR A DIOS NUESTROS PECADOS, Y ÉL NOS PERDONARÁ. EL APÓSTOL JUAN
DICE QUE DIOS LIMPIA TODO PECADO.
SE NECESITA TIEMPO PARA VENCER EL PECADO. ES ALGO
QUE NO OCURRE INSTANTÁNEAMENTE. NUNCA DEBEMOS DESANIMARNOS NI DARNOS POR
VENCIDOS.
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